"El desaliento es una de las mejores armas de Satanás. Muchos matrimonios... se desaniman al ser conscientes de sus propias imperfecciones y al enfrentarse con los problemas familiares cotidianos; la vida eterna familiar les parece una ilusión. “Nunca lo lograré”, se lamentan. “¿Para qué ni siquiera intentarlo?”. Aquellos que pierden la fe en ellos mismos, en su cónyuge y en sus hijos abren la puerta a las malas influencias; en oposición a esto, aquellos que procuran seguir a Jesucristo pueden vencerlas... Si perseveran y aprenden de sus errores, las personas pueden convertir los fracasos personales en éxitos." Cita extraída de la Guía para el Instructor del curso "Cómo Fortalecer el Matrimonio" pag 8
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